En el presupuesto del país organizador hay que tener en cuenta: las infraestructuras (localizaciones, maquinaria, mobiliario, luz, agua, calefacción, etc publicidad y promoción, personal, seguridad, transportes, etc.
Un país europeo tendrá que asumir la responsabilidad de organizar el festival si Guy Sebastian consigue la victoria este sábado.
De hecho, cada cadena pública hace presupuesto de su candidatura, es decir, los gastos de promoción, de vestuario, viajes, dietas y demás de cada país lo paga el mismo país, no quien organiza el festival.Y el resto de españoles?Ojo, que esto no quiere decir que lo tengamos todo ganado: que regalar a mujer de 50 también puede ganar sin problema una regalo husky roma canción en un idioma distinto.Vamos, que se tienen que pagar más cosas de las que se suele creer.Un ejemplo es Gestmusic Endemol, quienes han producido Operación Triunfo y Tu Cara Me Suena (este último exportado a multitud de países del mundo y es sinónimo de calidad.Por si fuera poco, mañana comienzan los ensayos individuales de cada país participante en la 61 Edición del Festival de Eurovisión, y en una semana comenzará lo que yo llamo la Semana Eurovisiva.Javier escartÍN @jescartinabc 00:00hActualizado: 01:27h, la gran final de Eurovisión que se celebra este sábado en Viena presenta un aliciente muy novedoso: la participación, por primera vez, de Australia en el festival.
Ya lo ha demostrado en las promos que ha hecho junto detalles para regalar en un bautizo a los invitados a otros artistas del festival por toda Europa.El país oceánico mandó a Suecia a la cantante.En cuanto al tema económico No me vengáis con la excusa de la crisis!España participa en, eurovisión desde 1961, hemos estado encima del escenario en 55 ocasiones y hemos ganado en dos de ellas (y se lo debemos.La primera y última vez que España acogió el festival fue en 1969, tras el triunfo de Massiel en Londres con su mítico «La la la».Este año lo que vamos a ver es a Barei con una coreografía muy sencilla, pero a su vez muy atractiva y original.En esta edición me atrevería a decir que nos podemos llevar una sorpresa similar a la de 2014.